ZiZou, el más grande...



Al menos para mi, de los jugadores que he visto jugar en toda mi viday como fanático del soccer (El Deporte más Hermoso del Mundo), Zinedine Zidane (ZIZOU) es le mejor, el más grande, el más elegante...

Aqui les dejo un texto que encontré en la Internet esta semana con el comparto opinión:

----------------------------------
Un abrazo para Zizou

Munich, Alemania.- No pudo ser más dulce. Zidane se plantó en Berlín y lanzó el penalti perfecto. Una obra maestra. El gol reducido a su mínima expresión. Suave, lento, exacto, musical. Irrepetible por la forma y por el marco. Una delicadeza impropia de esta era del futbol rocoso. Es muy posible que en lo que nos queda de vida, jamás volvamos a ver a un futbolista hacer semejante cosa en una final de la Copa del Mundo. Somos privilegiados, nos ha tocado a nosotros y podremos contarlo.

Zinedine Zidane es uno de esos tipos raros que aparecen cada 25 o 50 años para marcar nuevos puntos de partida. Si la genialidad se expresara en su código genético, seguramente encontraríamos una configuración similar a la de Mozart, Dalí, Leonardo, o John Lennon, todos ellos seres extraños, con cerebros que operan fuera de la norma y comportamientos incomprensibles. Donde nosotros vemos un plano, ellos ven una curva. Donde nosotros vemos un caos luminoso, ellos ven una constelación con la forma de un toro, un oso, o un cangrejo. Y aunque resulte difícil creerlo, esa condición extraordinaria, le parece terriblemente amenazante al resto del mundo.

Italia fue un equipo menor durante la final de Berlín. Sus rasgos están destinados al olvido, algo que jamás ocurrirá con la Francia de Zidane. Pero el problema no es que Italia, siendo inferior que su rival, haya ganado, eso es válido y hasta saludable en este juego. Lo lamentable es que hayamos visto el triunfo del ejemplo equivocado, la victoria de la trampa sobre el virtuosismo, el truco barato sobre la magia pura. Y aquí, no se confundan. En lo absoluto me refiero al Catenaccio, que inspira todos mis respetos, sino a un sinvergüenza llamado Marco Materazzi.

El temperamento fue siempre el talón de Aquiles de Zizou. La del domingo en Berlín, fue la décimo cuarta expulsión en su carrera, casi todas ellas, producto de accesos de ira. Los italianos lo sabían bien, y se dedicaron a fastidiarlo todo el partido. Era, posiblemente, la única manera de frenarlo, luego del fracaso de Gatusso. Y tras 110 minutos de provocaciones, Materazzi, un defensa suplente, que en la Serie A tiene fama de carnicero, encontró el botón que activa ese componente violento en el francés.

La embestida fue superlativa. Resultó un acto inversamente proporcional a la dulzura de su gol, pero igual de extravagante y personal. No fue un puñetazo de cantina, ni una patada vulgar, fue una acción Zidanesca, estéticamente genial, visualmente poderosa, y completamente inimitable.

Que el mundo está mal hecho es una verdad que no necesita confirmación. Por eso nos refugiamos en el deporte creyendo que de algún modo todavía es posible aspirar a la justicia. Pero Materazzi jugó sucio y ganó. Tendió una trampa, insultó, acosó, incitó, y al final se fue impune. Y eso no lo debemos permitir, de lo contrario, el juego se volverá un refugio para los bribones.

Gracias a Zidane, muchos futbolistas que estaban destinados a una vida mediocre pudieron vivir un instante de perfección. A mi, su futbol me lleno los ojos durante una década y me dejo estampas de extraordinaria belleza. Por eso, no seré yo el que ahora le de la espalda.
--------------------------------------

NUEVAMENTE, GRACIAS ZIZOU!!

0 comments: